jueves, 14 de noviembre de 2013

Wert, un grano en las posaderas de Rajoy.



     No existe día en que el presidente del gobierno se acueste sin que el Ministro de Educación le largue una andanada: Este barco, que dicho sea de paso, el señor ministro timonea con el culo, va a la deriva desde que se hizo cargo del mismo. Mira que es difícil poner de acuerdo a tanto español sobre un tema, pues no solo lo ha conseguido si no que marcha por el camino de batir su propio record; no conocemos sus límites pero sí, y mucho, sus carencias.
     La L.O.M.C.E. es una ley neoliberal, destinada a mercantilizar aún más el sistema, no es otra ley que mejore la enseñanza, es un compendio de anteriores leyes elevadas a la incongruencia de la insensatez de la educación, que asombra incluso a sus correligionarios de partido, y unifica los criterios dispares que conviven en los enseñantes y alumnos.
     Sorprende que la religión sea una materia obligatoria, y que un joven que decida cursar estudios de económicas pueda prescindir de las matemáticas. Sorprende que en los tiempos que transcurren se lleve a cabo la separación de sexos en las aulas con el retroceso al conocimiento del sexo opuesto y a la relación fundamental que esto conlleva. Es arcaica esta ley, arcaica y retrograda, que aún sonando a sinónimos son tan dispares como la noche y el día.
     Lo abusivo de las matriculas, el encarecimiento de los libros, los recortes en becas, ayudas de transporte y comedor son otra pata por la que cojea esta mesa. Con la intención de que la enseñanza fuera mixta y laica, la anterior ley (Que padecía de enormes lagunas, carecía de la sensatez de estímulos al estudiante, y le permitía pasar de curso con unos baremos tan bajos que la titulación no era más que el reflejo de la asistencia, y en ocasiones ni eso) dejó de subvencionar a los colegios, casi todos ellos de órdenes religiosas, por negarse a acatar las normativas establecidas por el ministerio, sobre todo las referentes a la integración de ambos sexos y a la libre elección de religión. Con la nueva ley se fomenta la regresión a las décadas franquistas y anteriores, la influencia católica sobre la juventud emergente, los recortes de libertades en pensamiento y obra, y el sustento del poder de las familias acomodadas sobre las menos favorecidas y la casi inexistente clase media, todo ello conlleva, irremediablemente, al suicidio de una sociedad que no permite (salvo excepciones), la incorporación de jóvenes inteligentes e imprescindibles para este país, a las aulas de educación superior.
     Wert es el pan nuestro de cada día, es un castigo para el partido popular por los desmanes cometidos, y desde hoy, debido al empecinamiento del señor Rajoy de mantenerle, contra viento y marea, en el cargo para el cual le propuso en su momento, un enorme furúnculo en sus posaderas. Un mal con otros dos años de amnistía.
     El presidente no quiere hacer cambios en el gobierno por aquello de que se pueda interpretar como una debilidad de este, y pudiendo ser así, infinitamente peor es mantener un criterio que te produce una erupción cutánea día sí, y día también.
     Lo último del ministro Wert fue su intento de acabar con las becas Erasmus, sus mentiras sobre los recortes por la Unión Europea de estos, quedó al descubierto cuando ayer desde el parlamento europeo se  desmintió su falacia, y no solo se indico que no tendría a lugar esos recortes, si no que en el 2014 se incrementarían las becas un 4%, hasta llegar a un 60% en el 2020. ¡VAYA MIN ISTRO QUE RAJOY NOS DIO!
     Esta es la enseñanza que viene, es salir de malo para llegar a peor; comprendo claramente que los profesores estén hasta el gorro de la situación, recortes de sueldo y autoridad, recortes en material y carencia de instalaciones, poco atención o nula a sus necesidades, indefensión ante los agravios de toda índole, estudiantes que no ven futuro, falta de una planificación sensata en materias y cursos, mentiras que salen de la verborrea del de turno, promesas incumplidas sistemáticamente… diez páginas de adjetivos, mínimo, se podrían cumplimentar antes de acabar el día pensando si merece la pena enseñar, aprender. ¡Pero qué CARO lo ponen! En todos los sentidos.
T.S.G. (Aes sin hache)
13.11.2013.
 
 






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