La alcaldesa de
la ciudad, Sra. de Aznar, no reparó en gastar palabras aludiendo al buen hacer
de las empresas encargadas de la limpieza urbana y señalar que:
"En una gran
ciudad como Londres se limpia una vez a la semana y es suficiente para
mantenerla limpia".
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| Los que limpian ensucian. |
¿Con ello quizá quiso decir que los madrileños somos unos
guarros? Esta alcaldesa si realmente piensa que con una vez a la semana es
suficiente ¿Será quizá porque ella en su medio más cercano así lo hace? En los
días que van de huelga la acumulación de basura es notable, y dado el caso, si
la “sugerencia” de la Sra. Botella es parte fundamental de su “sensatez”, es deseable que la nombren presidenta de honor
de una sociedad relacionada con sus consejos. Qué menos.
Que las calles de
Madrid presenten el panorama que se percibe no es fruto de un día, tampoco los
problemas a resolver con los servicios y el personal de limpieza es de hoy,
esta situación se arrastra desde el momento en que el ayuntamiento de la ciudad
relegó en empresas privadas los servicios que son causa de esta situación.
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| Trabajadores en servicios mínimos. |
Estos vuelven a
pecar en los mismos mandamientos que sus antecesores por los siglos de los
siglos, a saber: El séptimo, octavo y decimo. Son los mandamientos que todo
aquél que se considere un “buen político”, según su credo, debe deshonrar.
Por otro lado,
las razones que llevan al personal de la limpieza de Madrid a la huelga, son
unas cuantas y “casi” todas justas; estas se ven sensiblemente “alteradas”, por
los propios trabajadores, pues, una huelga se plantea y se lleva a cabo como
presión para alcanzar las metas que se consideran necesarias para la seguridad e
higiene en el ámbito laboral, y para conseguir un apropiado salario al trabajo
que se realiza. No se lleva a cabo una huelga de limpieza urbana para enarbolar banderas que no
vienen al caso (entiéndanse banderas correspondientes a la segunda república),
ni a sembrar las calles adrede de basura, esparciendo bolsas de restos de toda
clase de desperdicios por distintos barrios, hacer fogatas en las vías
públicas, quemar y romper contenedores y papeleras, cuyos destrozos ascienden ya a un valor de 238.000 €, ni vaciar estas en las
aceras y calzadas, y esto que cuento y critico lo han visto mis ojos. No es de
recibo plantear una huelga esperando que respeten tus derechos cuando tú no
respetas el derecho de los demás.
Este país sigue
siendo, lamentablemente, un país de ignorantes e ineducados que presumen de
conocer derechos pero se saltan a la torera los deberes. Guiados por cuatro
bocazas y unos “pringados” pagados por
los mismos sindicatos, la masa se transforma en grupos violentos, sin
raciocinio, y causantes de una impropia aptitud de seres civilizados.
Quisiera creer
que los susodichos cuando recapaciten y contemplen su comportamiento en los hechos,
renieguen de su actuación, y no se reconozcan, aunque lo estén, partidarios de
esta, pues si así no fuere, “pena, penita, pena” que decía la canción.
No son maneras
por mucha razón que se lleve, que la lleváis y podéis perderla, por creer que
las huelgas se hacen y se ganan con violencia. Habréis de conocer que las
huelgas se ganan con razones, con exposición de las necesidades, y con un
dialogo en que ceden las dos partes y ganan las dos partes, y todo lo que no
sea así, pasará factura más temprano que tarde.
T.S.G. (Aes sin hache)
tmsg1953@gmail.com


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