Últimamente, cada
vez más, los premios se devalúan por si solos. Acostumbrados como estamos a que
se concedan meritos y honores a diestro y siniestro, no me extrañaría, en absoluto,
que se hicieran realidad los sueño inagotables que persiguen a la inmensa mayoría
de los seres humanos, desde tiempos inmemorables, a saber: Honores, riquezas,
fama, salud, encanto, belleza, amor, eternidad, sabiduría, etc..
A las personas que
aportan estos deseos, si se les debería conceder el nobel, todos los días
aportan vida a sus vidas, incluso hay quienes aportan vida a la vida de los
demás; por el contrario, Kissinger fue un asesino intrigante, manipulador de
estados, derrocador de gobiernos y PREMIO NOBEL DE LA PAZ. Otro premiado tan
falso no hubo, Arafat nunca fue a la zaga, se supo perpetuar en una posición de
si pero no, y por ello participaba en conversaciones de paz con el sempiterno problema
palestino-judío de por medio, sin soluciones ni firmas de tratados serios sobre
el conflicto. Obama es un caso distinto, le otorgaron esta distinción por no
haber hecho nada, y después tampoco. Al gore, consiguió la preciada distinción
por un documental que ganó el Óscar en2007 “Una verdad incómoda” y una
trayectoria como vicepresidente de los Estados Unidos en los que cayó, no
molestó, y no levantó la voz jamás para defender todo aquello por lo que fue
agraciado con la distinción.
Para muestra
estos botones, y el Nobel a la U.E., concedido, seguramente, por mantener la
incertidumbre económica sobre el conjunto de naciones que la forman, llevando implícito
en ello la miseria, el hambre, y la muerte lenta, a millones de semejantes.
Un hurra por
estos falsos premios y otros.
T.S.G. (aes sin hache)
18.12.2012.
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