domingo, 22 de enero de 2012

Hecho insolito.

Les cuento una historia, una de esas “anécdotas” casi imposibles que suceden a diario y que paso a exagerar. La noticia, que no es tal, se leería así:


Un bolardo agrede a un viandante.


Ayer nueve de enero, se dirigía Don …… a un local comercial sito en la calle Juan de Urbieta de Madrid, “un simpático y más que agradable minusválido madrileño” que de manera despreocupada disfrutaba de un rato de sol con que le obsequiaba el inusual invierno, en tanto marchaba en su silla de ruedas por la acera rumbo a su destino; no daba crédito a lo que veía cuando de forma totalmente inesperada un bolardo se precipito hacia él con ánimo de agredirle, intento este esquivarle, pero era tal su empecinamiento que no desistió en ello hasta alcanzar su objetivo que no era otro que el sorprendido viandante. Tras “golpearle” con virulencia, se acomodó de nuevo en su sitio, se supone que a esperar la aparición de un nuevo “pringao”.


Nunca se me cruzó por la imaginación, que pudiera llegar a suceder, que una persona incapacitada para andar se lesionara por un golpe contra un bolardo (de hierro, por cierto), en su pierna derecha, es tan insólito como que a un inepto le concedan el premio Nobel de física.


Sucedido a un lelo, su servidor dolorido.


T.S.G. (aes sin hache).


10.1.2012.


No hay comentarios:

Publicar un comentario