Me he dado un respiro delante del teclado del
ordenador durante unos días con el fin de distanciarme de la mala leche que me
dejó la vida el pasado año, y con tal decisión, ver esta, con una perspectiva renovada,
ilusionante, y más agradable.
No sé si lo lograre,
por que los capullos de los políticos aún siguen sin saber conjugar el verbo
dimitir, y de tal guisa, confunden este, tanto ellos como sus “jefes”, con el
verbo cesar. Visten de color mierda la realidad, nos sonríen con el ánimo de la
hiena, con la gracia “urdangairesca” de la palabra dulce de la justicia, de esa
que si se le distrae unas “pocas monedas” a un político, es un préstamo a
veinte años con devolución si se le descubre el pastel, de la misma, que si un “Don
Nadie” se atreve a distraer unos céntimos, es condenado por ladrón, golfo, y
tonto.
Que agradable
articulo para comenzar tan corto periodo; como podéis comprobar, todo es nuevo
en este tiempo en que entramos con el ánimo renovado. Redoblando los esfuerzos
por comprender una justicia que no entiendo, una sanidad que es deficitaria si
es pública y nos venden que privatizada será la joya de la corona…democrática,
¿Quién lo entienda que la compre?¡Ah, pero si ya lo está comprando el marido de
la Cospear y otros! La educación va por buen camino, las próximas generaciones vestirán
trajes de cordero y sabrán decir con claridad ¡Si amo! Habrá trabajo para
todos, para todos los que se dobleguen a los intereses y salarios impuestos por
los “señoritos”, y quizá, si nos portamos bien, tendremos derecho a vivir en
una habitación con derecho a cocina…como antaño ¡Viva los nuevos tiempos! Lástima
que no me quede abuelo que me cuente las historias surrealistas de aquellos
tiempos en que el pan era pan, los bancos concedían créditos, y los políticos… bueno,
los políticos son de otro mundo más oneroso. Léanse sinónimos.
Bienvenidos al
futuro de hoy.
T.S.G. (aes sin hache)
tmsg1953@ gmail.com
13.1.2013
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