Es mi opinión, que ha llegado la hora, de
que a los dobladores de cine en España le sean reconocidos los meritos
adquiridos a través de las interpretaciones, tan estupendas, con que nos han
obsequiado durante tantos años.
No valoramos, como se merecen, a unos
actores de voz con la cual nos han hecho reír, llorar, emocionarnos,
afligirnos, temer, soñar, vivir, aterrarnos, padecer y amar, amar tanto al cine
que son la esencia de las estrellas del celuloide.
Cada vez hay más gente que prefiere
escuchar la voz original del actor que aparece en la pantalla, y estoy de
acuerdo con ellos, claro está, si entendiera lo que dicen, pero…entre unos
subtítulos que se comen la mitad del guión, y que mientras los lees te pierdes
la mitad de la interpretación gesticular, es preferible, bajo mi punto de
vista, disfrutar de una gran, o no tanto, película, con la pérdida de la voz
original, que la pérdida total de la interpretación. ¡Qué diablos! Si se dispone del mejor plantel de
actores de doblaje del mundo. ¿Para qué necesito escuchar una voz que por muy
buena que sea me suena a gruñido?
Respeto todos los gustos y opiniones, pero
a los puristas ineptos, necesitados de presumir por falta de otras carencias, que
los soporte quien los aguante.
Si quieren un original que lean a León
Tolstoi en ruso, así no se cercena nada de la narrativa, y si desean vivir una multiaventura
de juegos interactivos que sean uno de esos personajes diabólicos, o no, y
cumplan con las “realidades necesarias para sustentar sus vidas”.
Mientras tanto, un servidor seguirá en sus
trece. Nunca agradeceré bastante los doblajes que se hicieron de las películas
de Los Hermanos Marx (José María Oríes - Miguel Sanchis) y ¿Quién puede
menospreciar el doblaje que de James Stewart realizó Jesús Puente en “Qué bello
es vivir”?
Constantino Romero hizo con su voz que
Clint Eastwood llegara a ser uno más de los grandes entre los cinéfilos de este
país antes de que se consagrara en Hollywood; un somero vistazo a los distintos
planteles de actores de las distintas cadenas de radio españolas, nos daría una
visión muy diferente de la que los puristas entienden como la única y autentica
realidad de la sonoridad en la interpretación. Una alabanza, por mí parte, para
todos y cada uno de los dobladores, por su trabajo, por los doblajes bien
realizados.
T.S.G. (aes sin hache)
14.1.2013
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