miércoles, 23 de enero de 2013

Los ultras en el deporte.



     Son los ultras un mal endémico que cada vez se arraigan más en los ámbitos relacionados con las competiciones deportivas. A medida que los enfrentamientos bélicos disminuyen, los grupos radicales se asoman al deporte con más frecuencia de la que fuera deseable, denigrando con su comportamiento violento, necio, falto de escrúpulos, e influidos por una sociedad que día a día valora más el poder de la fuerza que la razón, se parapeten tras las insignias y banderas de índole fascista, para desde allí, imponer sus ideologías a otros ineptos que fingiéndose superiores e inmortales acatan sin dilación su denigración como seres humanos.
     Si se detuviesen a pensar en que el tiempo les volverá débiles y enfermizos, necesitados de todo aquello que pretenden destruir, que presumen odiar, quizá dieran sus primeros pasos hacia el respeto y la concordia.
     Deberíamos detenernos también en valorar la culpa que por intereses y miedos, permiten a estos grupos asentarse en los estadios y mangonear en los clubes. Cuando pretenden los dirigentes de las sociedades deportivas, poner veto a estos desmanes, les resulta engorroso y no falto de dificultades, porque la ley hace costumbre, y porque erradicar un mal de esta índole no es cosa baladí.
     Perecen en su intento los dirigentes tantas veces, que realmente se creen, estos grupos, poderosos e irreemplazables, y no es así, la masa social y los auténticos seguidores ocupan el espacio dejado por los indignos, y comienza de nuevo un tiempo de comunión entre todos los estamentos. No permitáis más violencia en las gradas y volved a disfrutar de las contiendas deportivas con las generaciones que os preceden, donde exista la rivalidad y naufraguen las ideologías radicales y sus banderas.
T.S.G. (aes sin hache)
23.1.2013.

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