Para aquellos que no conocen Madrid,
decidles que es una gran ciudad, repleta de gente maravillosa, harta de tanto
político inepto, y cansada de la “burrocracia” que mal gobierna.
En los días precedentes a la huelga
general, aparecieron pintadas en las fachadas de las casas, frases más o menos
afortunadas, de las que les extraigo algunas que ley: Los recortes para la
iglesia. Piensa antes de que te lo quiten. Yo también conocí el trabajo. Rajoy,
si voy con lo que te doy. Y haciendo alegoría al tabaco, tres que bien podría
llevar las cajetillas de cigarrillos: Este gobierno es infumable. El gobierno
mata. El gobierno produce cáncer.
Esta ciudad soporta con estoicismo las múltiples
manifestaciones que la pasean día sí, y día también. Esta es la única manera
que le queda al pueblo para hacer notar su descontento. Es doloroso pensar en las carencias que
soporta este país, y en las venideras, porque no se vislumbra luz alguna en
este túnel en el que nos encontramos.
Me reitero en que sólo con recortes no se
alcanzara nunca un equilibrio presupuestario primero, y una recuperación lenta,
pero firme, en un futuro.
Un recorte, un avance social, y mucho
esfuerzo. Desde que se modificó el artículo 135 de la constitución, en el que
se anteponía salvar primero a la banca y después a al pueblo, el país ya no ha
sido el mismo. Esto se aprobó en el 2007 bajo el mandato de Rodríguez Zapatero.
Una
burbuja creada por Aznar y alatares, una carencia de iniciativa y preparación
para dirigir la presidencia del estado por parte de Zapatero, y un sin gobierno
bajo el mandato de Alemania por parte de Rajoy, nos deja donde estamos, con el
culo al aire, dependiendo de unos cuantos avaros y del YO, MI, ME, CONMIGO, de
la banca.
Lamento ser tan reiterativo, pero…
T.S.G.
(aes sin hache).
22.11.2012.
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