sábado, 1 de noviembre de 2014

Madrid. Un largo verano en otoño.

     Madrid. Un largo verano en otoño.
     Hoy primero de noviembre, Día de todos los Santos, paseé por Madrid, mi ciudad, envuelto en los últimos suspiros de esta extraña “primavera”. 
     Los parques embellecidos con los dones de la naturaleza lucían sus alfombras ocres, sus múltiples tonos del verde al amarillo, y las ya escasas rosas de una rosaleda que dejaba entrever aún su abundancia en los tallos secos y en su penúltima floración.
     Las calles vestían de sombras las aceras, servían de paseo y descanso en el  mediodía, en los muchos veladores que no se escondían de unos cálidos rayos de sol.
     Es un ensueño esta primavera de otoño, un tiempo a cambiar reciente por la cantidad de aves que cruzaban, ese azul que llamamos cielo, de noreste a suroeste. Fue esta la señal que marcó en mis retinas la ansiada luz del nacimiento de una nueva vida allá en la próxima primavera. Puede que despierte tardía con los bostezos del invierno tras el largo verano otoñal, pero en tanto llega, os invito  a que os deleitéis con estas imágenes de verbo fácil, y las instantáneas de un soñador. De un mal vendedor de sueños y realidades. 
T.S.G.
tmsg1953@gmail.com
1.11.2014. 

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