Existen personas
que se dedican a planificar el futuro con un presente aún por hacer. Estas
personas si son merecedoras de la denominación de demagogas, pretenden resolver
los problemas con tal ligereza que un simple soplido derriba todos sus
castillos, hablan del mañana con una alegría como si el pasado no incidiera
para nada en el futuro y como si el hoy no tuviera razón de ser. Son personas
que montan sus buenos deseos sobre bases que no existen.
Unas casas
terminadas, y con visos de ser duraderas, no son solamente las fachadas que se
ven; una casa necesita un terreno, unos estudios de estos, una planificación,
un plantel de obreros capacitados para tal fin, unos ingenieros técnicos en
varias ramas, desde topógrafos a arquitectos, los mejores materiales con que se
puedan contar, unos buenos cimientos, y director de obra bajo cuya batuta se
muevan todos los hilos. Expertos en electricidad, saneamientos, marquetería,
pintura, decenas de profesiones laborando en multitud de ocasiones al unísono y
solventando las dificultades que irremediablemente surgen sí o sí.
Para ver
terminada una obra hay que tener paciencia, ir sin prisa y sin pausa, marcando
los pasos con la sobriedad necesaria y la armonía que requiere un trabajo bien
hecho.
Ahora, opinar
opinamos todos, y de todo sabemos. Si encontramos a alguien que nos intenta
abrir los ojos a la realidad de la razón, negamos esta, no tres veces, si no
las miles que sean necesarias y por ende lanzamos los improperios, que aún
sabiendo que nosotros somos los merecedores de estos, contra todo aquél que osa
demostrarnos nuestro equivoco.
Las leyes se
promulgan desgraciadamente con excesivas normas, poco nítidas, e intenta
mejorarse con la práctica de esta, un error que nos asola cada vez con más
frecuencia.
No comencemos de
nuevo sin aprovecharnos de todas esas bases que resisten el tiempo por su magnífica
construcción, sin reparar aquellas que aún son validas, y sin crear aquellas
necesaria para un futuro prospero y duradero.
Enteraros bien
todos aquellos que promulgáis a voz en grito lo que a vuestro parecer es
necesario, que antes de mandar un maestro a otro país hay que acabar con el
analfabetismo del nuestro. Alimenta a los tuyos si quieres que algún día puedan
ellos alimentar a los demás.
T.S.G. (Aes sin hache)
15.8.2013.
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