Si se mira atrás con cierta
objetividad se comprueba lo convulso de las distintas naciones árabes. La
historia es loca, demasiado para asentar las bases mínimas de la convivencia.
Nos remontamos a los tiempos
en que el desgaste del imperio otomano propicia la intervención de Gran Bretaña
(a su estilo) y Francia. Estas naciones gobernaban sus distintos protectorados
y colonias extrayendo de ellas todos los bienes posibles y más. La unión de los
árabes se debe en gran parte al rey sin corona de Arabia, Thomas Edward
Lawrence, un hombre inquieto, militar, aventurero, y que fue capaz de aportar
sus experiencias en la historia y en la arqueología, en las tácticas de
guerrillas; su liderazgo y su magnífica relación con el emir Feisal y Abdullah hijos
del rey Hussein de Jordania, que ya habían iniciado las revueltas de oposición
a los turcos, fue la clave que mejor define la actual situación de los países árabes.
No voy a explicarlo con mis palabras, hubo
antes quién lo hizo de manera excepcional, y de ese trabajo extraigo lo que
reseño a continuación:
“Durante
la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña
se aprovechó del nacionalismo árabe, y después de prometer la creación de un
Estado árabe independiente que abarcaría a Arabia y las
actuales Siria,
Líbano,
Israel,
Jordania e Irak,
promovió la Rebelión Árabe. De esta manera, las tropas
árabes, apoyadas por oficiales británicos como Lawrence de Arabia, lograron derrotar a
los turcos y alemanes en el Medio Oriente, y el ferrocarril de Hiyaz sufrió
acciones de sabotaje, especialmente en Jordania. La caída del puerto jordano de
Akaba
en manos árabes en 1917,
condenó a las fuerzas turcas, aunque la guerra no acabaría hasta septiembre de 1918.Al finalizar la guerra, según lo acordado, el imperio otomano fue desmembrado, pero los secretos acuerdos Sykes-Picot vieron la luz: significaban la repartición del Medio Oriente entre Gran Bretaña y Francia, traicionándose la causa árabe. Gran Bretaña recibió de la Sociedad de las Naciones, el mandato sobre gran parte del Medio Oriente, incluyendo el territorio que ahora comprende a Israel, Jordania, Cisjordania, la Franja de Gaza, y Jerusalén. Ante la necesidad de comunicar Irak con Palestina, ambas bajo mando británico, se definió la forma actual del estado jordano.”
Volvemos a lo de siempre, “el
buen hacer del Reino Unido”. La unión de las tribus árabes fue un espejismo,
volvieron pronto las discordias, y de aquellos barros estos lodos.
El petróleo es la riqueza y será
la muerte de los países árabes que lo poseen, es el oro negro el que mueve la economía
de estos pueblos, y en los que los pozos son quimera la necesidad hace
estragos, tanto, que en ellos es donde se nutren los distintos grupo
terroristas tales como Hizbulá (Partido de Dios), Hamas, Al-Jihad, Frente
Popular para la Liberación de Palestina, Al-Qaeda, Chiitas, Kurdos, etc., ¿Y
ahora a quién apoya occidente? Esta es la cuestión, al dictador sirio, o a los
grupos terroristas que le combaten. Sea cual sea la solución será mala, y lo
único que queda por hacer es sufrir las consecuencias del egoísmo de Francia y
Gran Bretaña por dominar puntos estratégicos que si se hubieran ocupado de
administrar con buena mano y justicia no hubieran existido los Jomeini, ni los
Osama Bin Laden.
T.S.G. (Aes sin hache)
27.8.2013.




