Para un equipo de
la historia y la estructura de Real Madrid una temporada en “blanco” no deja de
ser una anomalía. También es cierto que un equipo, sea de competición deportiva
o de otra índole, no puede alcanzar siempre el puesto privilegiado de guía.
La historia
cuenta los hechos acaecidos, pero para el aficionado, seguidor, servidor o
hincha, cualquier año que no encumbre a su club, es, si no un fracaso, una
decepción.
Este año el Real Madrid se ha visto privado,
de ese honor, por meritos propios, y por desméritos, que todo hay que decirlo,
de un entrenador prepotente, incapaz de asumir sus errores, mirarse el ombligo,
entonar un “mea culpa”, y asimilar que si existe un dios no es él. No se puede
coartar la libertad de opinión de un jugador porque no esté de acuerdo con sus
ideas ni sus razonamientos, por otro lado, los jugadores tienen la obligación de
acatar las órdenes y tácticas deportivas y relativas al reglamento interno del
club, en esto no debe de existir duda alguna, sus comportamientos deben de ser
ejemplares, en todos los órdenes, por la influencia que ejercen sobre sus
seguidores, por la exigencia de su contrato (sobradamente remunerado, pero eso es otro cantar), y por preservar
la imagen de un club señor, respetuoso con sus rivales y lugares donde ha
disputado encuentros (excepto en contadas ocasiones); durante más de un siglo
han sido, y son, enseña de deportividad, el bien hacer les ha reportado títulos
y honores, galardones y trofeos, y lo que es más importante, el cariño y el
afecto de todos por encima de rivalidades y contiendas deportivas.
En esto hay que
hacer irremediablemente hincapié: Hincapié en el mal gesto que tuvieron el
entrenador José Mourinho y el jugador Cristiano
Ronaldo al término del partido que les enfrentó al At. Madrid, ambos no supieron
estar a la altura, que se presupone deben de ostentar y hacer pública, dada la
entidad del club al que representan. Guardar las formas y cumplimentar al
ganador incluye subir a la tribuna a recoger la medalla con que les premia y
honra como subcampeones de la competición de Copa de SS.MM. el Rey
correspondiente a la temporada 2012 – 2013; una mala opción que dice más, de un
estilo revanchista, de niñatos mal criados, llorones y egoístas, que de gente
de bien. Con su gesto dejaron a la mayoría de los socios, seguidores,
simpatizantes, y al club al que se deben, y paga, en mal lugar, despreciando a
su vez la figura del Jefe de Estado, que es quien da nombre al título en
cuestión.
Vergüenza siento
como madridista, y deseo expresar que estos personajillos a mí no me
representan con tan penosa actitud. Desde el desencanto de la derrota, más allá
de merecimientos ¡Aúpa Atleti! ¡¡¡Hala Madrid!!!
Siempre.
T.S.G. (aes sin hache)
19.5.2013.
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