martes, 9 de abril de 2013

José Luis Sampedro. Un hombre a recordar.


     Considero que me estoy haciendo mayor cuando siento como desaparecen, quedando en mí, aquellos que fueron referentes, e historia, de los días pasados.
     No se marchan los mejores, se mueren todos, los más allegados, y los desconocidos.
     Hablar de la muerte no es sinónimo de depresión ni de angustia, de necrofilia ni desesperación, también es señal de vida, pues vivos están en mi actitud, todos ellos moldearon mi forma de ser, y de ellos aprendí su ejemplo a seguir y ha cuando no continuar su senda.
     Discernir entre veredas no es nunca fácil, pero del camino elegido hay que saberse salir si no es tu camino. Hay que saber continuar en él, a pesar de las dificultades con que se tropiece, pues la gloria de la vida no es un regalo, es el premio al esfuerzo de largas jornadas, de venturas, de aventuras, y de truhanes, es la satisfacción por lo bien hecho y los laureles prestados por quienes te recuerden.   
     Querido José Luis Sampedro:
     Usted no me conoció en persona, ni falta que hacía, yo le ley, le escuché, aprendí de usted a vivir, y discúlpeme si le molesto, en mi empeño, por continuar su ejemplo en el óbito.
     En este día fallecieron decenas de miles de seres humanos en el mundo, algunas personas influyentes y reconocidas, por razones obvias de su trayectoria, como son “La dama de Hierro” Margaret Thatcher, ex primera ministra del Reino Unido y María Antonia Abad Fernández “Sara Montiel” de nombre artístico, estrella de “variedades”, Miss Thatcher  marcó una época en la turbulenta política internacional y en la convulsa Gran Bretaña en ese tiempo, y “Sarita”, en unas décadas marcadas por sus excéntridades, pues bien, ellas, cada una es sus quehaceres, desarrollaron la labor lo que les tocó lo mejor que supieron, o pudieron, más usted, con su lejano “ruido”, hizo por todos nosotros, sus desconocidos lectores y oyentes, mejores personas, nos empujó a pensar, y a luchar por lo más justo cada día, a no detenernos en las barreras de la “burrocracia”, ni en la velocidad de crucero de las injusticias.
     Gracias MAESTRO por su legado.

T.S.G. (aes sin hache)

tmsg1953@gmail.com

9.4.2013.

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