Finalizó un mundial que dejó un campeón
merecido, que se quedó huérfano de un equipo para recordar, y del que se habló
más que se jugó, pues el fútbol se abstuvo de participar del evento más de lo
requerido y deseado. Hubo momentos en el que parecía asomarse a los estadios,
pero fueron tan fugaces sus presencias, que resultó en muchos momentos anodino.
Fue un mundial extraño. Se denomina mejor
jugador del campeonato a Messi, y la pregunta que me sigo haciendo es ¿por qué,
y cuales fueron los méritos?
Saltar al terreno de juego saltó ¿pero
jugar? ¿Alguien le vio jugar? Yo solo vi un hombre con pantalón corto y una
camiseta albiceleste que andaba perdido, se movía menos que una ficha de
parchís en un estuche. En el once titular de la FIFA no figura, y así y todo es
el mejor jugador del torneo ¡Que me lo expliquen!
Brasil se ahogo en su propio ego,
Argentina recibió en la final tanta ayuda del colegiado, que ya le han
propuesto para vender los cupones de la ONCE. Holanda tampoco mereció más, y
las demás selecciones ocuparon los puestos que por lo hecho les
correspondieron.
Esta es una reseña del fútbol mediocre
pero HABLARÉ DE FÚTBOL Y DE UN GENIO DE
CUANDO TODAVÍA ERA DEPORTE EN EL PRÓXIMO
ARTICULO.
D. ALFREDO DI STEFANO.
T.S.G.
15.7.2014.
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