At. Madrid 2 Barcelona 0 (3-2).
Los silencios de Gerard Piqué son menos
largos que sus llantos.
Once días para olvidar. Desde que el Real
Madrid ganara en el Nuevo Campo (Nou Camp) por 1-2, Los seguidores del “culo al
aire” (culés), van de mal en peor.
De los últimos cinco partidos el equipo
blaugrana únicamente venció en uno, que para más inri no le sirvió absolutamente
para nada, empato otro, y perdió tres.
La prepotencia, aplíquense, acarrea
ciertas situaciones que nunca, por muy claras que sean, se ven venir, pues en
la ceguera del fanatismo no se contempla ostra realidad que el deseo.
No quisiera hacer demasiado escarnio,
demasiados hatillos de leña del árbol caído… en la máxima competición europea
se entiende. En las competiciones nacionales es un equipo que sigue vivo,
aunque se vislumbré un “ligero” devaneo en sus pretensiones.
La derrota ante el Real Madrid el día 2 de
abril , mal que les pese, fue el detonante del declive; el fútbol practicado en
estos cuatro partidos dejó mucho que desear de aquél juego que me causó asombro
hace apenas dos meses, el que me llevó a felicitar con antelación al equipo
catalán por su triunfo en la liga. Aun siendo madridista padecí un ataque de
“asombrosis” ante el magnifico caudal de juego blaugrana, hoy, las tornas han
cambiado, me pregunto ¿dónde este ese juego que me encandiló? Quizá me
precipité en mis felicitaciones, pues amén del bajón en el juego, volví a
comprobar la bajeza, de un buen jugador, Suarez, que denigra al mal llamado
“deporte rey” con su actitud barriobajera de golpes sin sentido a los jugadores
del equipo contrario. Codazos, puñetazos… y agradeciéndole infinitamente que, de
momento, tenga a bien no “comerse al rival”.
La medicina para esta cura es clara, más el
paciente no sanará si antes no toma unas dosis masivas de humildad.
Sin querer hacer sangre “estimado” equipo.
Vaya zurra que os han dado los “COLCHONEROS MERENGUES”.
Tomás Serrano González.
14.4.2016