Tropezar dos veces en la misma piedra no es importante, incluso sigue siendo educativo, lo que realmente nos lleva al desastre de la situación es que en el undécimo tropiezo aun continúe la piedra en el camino.
Un exiliado llega a España, le dan casa libre de gastos (luz, agua, gas, impuestos, etc..), una aportación económica mensual, seguridad social, trabajo, documentación de acogida, y despotrica contra el Estado a los tres meses por que no tiene con él al resto de su familia, su mujer, sus hijos, sus padres, los de su esposa, y estos a su vez a los suyos.
Exigen libertad religiosa, y que respeten sus costumbres, sus leyes tradicionales, las mismas que le han llevado a esta situación, y no aceptan, ni acatan, las leyes y normas del país de acogida por que no son las suyas. Un español en su país no tiene ninguno de estos derechos, ¿por qué nosotros tenemos que concederles lo que ellos nos niegan?
Somos más papistas que el Papa.
En España hay paro y necesidad, y nuestros compatriotas, familiares, amigos, conocidos, no disponen de estos parabienes. ¿No creen que la caridad empieza por uno mismo?
Primero deberían de ser los nuestros y luego los demás, y por decir esto no me considero mala persona, ni racista, ni egoísta, me libre el pensamiento de tal, más permítanme que sean los míos, mis gentes, mi país, los que no pasen penurias, y luego se verá.
De principio el querer y dar es de voluntad, y mi voluntad puede ser mucha, pero los peculios son para formar una base sólida y levantar sobre ella el estado de prosperidad de aquellos que quiero, mis dos familias, la de sangre, que es esa que te imponen y a la que no tienes que obligarte, y la que te creas con tus elecciones durante tu existencia.
Finiquito un tema y abro otro:
Por la caridad entra la peste. Acogen exiliados sirios en Alemania y abusan de sus mujeres con desprecio y tocamientos. Estas actitudes forman parte intrínseca del las costumbres religiosas y leyes musulmanas, y no estoy dispuesto a consentir que me impongan ni su barbarie, ni su denigración.
Tomás Serrano González.
17.1.2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario