miércoles, 12 de agosto de 2015

Reciclaje.

     En la fila de un supermercado, el cajero le dice a una señora de avanzada edad que debería traer su propia bolsa, ya que las bolsas de plástico no son buenas para el medio ambiente.
     La señora pide disculpas y explica: “Es que no había esta moda verde en mis tiempos.”
     El empleado le contestó: “Ese es ahora nuestro problema. Su generación no puso suficiente cuidado en conservar el medio ambiente.”
     Tiene razón: nuestra generación no tenía esta moda verde en esos tiempos:
     En aquel entonces, las botellas de leche, las botellas de gaseosa, las de cerveza, las de vino, etc., se devolvían a la tienda.
     La tienda las enviaba de nuevo a la fábrica para ser lavadas y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de manera que se podían usar las mismas botellas una y otra vez. Así, de esta manera, se hacían las cosas. quiero pensar que realmente las reciclaban.
     Pero lleva razón, no teníamos esta moda verde en nuestros tiempos.
     Subíamos las escaleras, porque no había escaleras mecánicas en cada comercio ni oficina. Íbamos andando a las tiendas en lugar de ir en coches de 300 caballos de potencia cada vez que necesitábamos recorrer 200 metros.
     Pero tiene usted toda la razón. No teníamos esta moda verde que hoy "disfrutamos".
     Por entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no los había desechables. Secábamos la ropa en tendederos, no en secadoras que funcionan con 220 voltios. La energía solar y la eólica secaban verdaderamente nuestra ropa. Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre "modelitos" nuevos.
     Pero está en lo cierto: no teníamos una moda verde en nuestros días.
     Entonces teníamos una televisión, o radio, en casa, no un televisor en cada habitación. Y la TV tenía una pantalla de 21 a 28 pulgadas , no una pantalla del tamaño de un estadio de fútbol. En la cocina, molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen por nosotros.                  Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no cartones preformados o bolitas de plástico. En esos tiempos no arrancábamos un motor y quemábamos gasolina sólo para cortar el césped; usábamos una podadora que funcionaba a músculo.        Hacíamos ejercicio trabajando, así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre cintas mecánicas que funcionan con electricidad.
     Pero claro que está usted en lo cierto: no había en esos tiempos una moda verde.
     Bebíamos del grifo cuando teníamos sed, en lugar de usar vasitos o botellas de plástico cada vez que teníamos que tomar agua. Recargábamos las estilográficas con tinta, en lugar de comprar una nueva y cambiábamos las cuchillas de afeitar en vez de tirar a la basura toda la maquina afeitadora sólo porque la hoja perdió su filo.
     Pero,eso sí, no teníamos una moda verde por entonces.
     En aquellos tiempos, la gente tomaba el tranvía o el autobús y los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o andando, en lugar de usar a su mamá como taxista las 24 horas. Teníamos un enchufe en cada habitación, no un regleta de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales desde satélites situados a miles de kilómetros de distancia en el espacio para encontrar la pizzería más próxima.
     Así que me parece lógico que la actual generación se queje continuamente de lo irresponsables que éramos los que ahora no "pertenecemos" a la maravillosa generación verde.
                                                                               .............
     ¿Y? Al que me venga con HEZ DE RECICLAJE haciendo bandera de ser defensor del planeta azul y ostentación de mentalidad abierta a la naturaleza, tipo GREENPEACE y compañía ... ¡¡¡¡¡ QUE LES DEN POR EL CULO !!!!!
     Hoy ya me he visto, relativamente forzado a usar un léxico soez. Cada día soporto menos a los imbéciles con traje de idealistas que viven del cuento de hacer "su" bien por todos nosotros, ¡AH! Y por sus "aventuras" excelentemente retribuidas.
     Un trabajo de José Mª Moya, con ciertos retoques, añadidos, y enfados naturales por engañar a las gentes con sus palabrerías bendecidas por el don del cuento.
     Lamento tener que despertar a la realidad de que son como aquellos a los que combaten y se oponen, de quienes nos hacen creer que se aprovechan de la naturaleza en su beneficio, y es verdad, siendo ellos de la misma cuerda pero girando la misma al otro lado de esta, y entre los dos nos dan la cancha necesaria para que saltemos a su ritmo.
T.S.G.
tmsg1953@gmail.com
12.8.2015.

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