jueves, 11 de junio de 2015

Hoy llovió en Madrid.


     Llueve sobre Madrid, lo de llover es una quimera, pues o mucho me engaño, que también pudiera ser, o he visto visto a Noe esta mañana botando el Arca en la esquina de mi calle.
     Lo de la lluvia es el pretexto al cual me amarro para expresar mi queja, iterada con anterioridad, por el gasto más que injustificado del cambio de marquesinas en las paradas de  viajeros de la E.M.T. (Empresa Municipal de Torpes) de Madrid.
     Cuando se aprobó el presupuesto para dicha torpeza, ya levanté la voz por lo innecesario y lo inadecuado del momento.
     Las antiguas marquesinas es cierto que no estaban todas (tengo entendido que son más de 4.000) en perfecto estado, debido en su mayoría al mal uso de estas y a las gamberradas de los niñatos de rigor que muestran su no valía con pintadas y firmas que pretenden sea su posteridad en tanto creen con este acto marcar su territorio, y lo consiguen, unos orinando en ellas, y otros ejerciendo de su instinto animal dejando su marca, esa que les define como lo que son, UNOS CAFRES.
     Más este hecho no fue el principal para adoptar la decisión por parte del consistorio de cambiarlas todas, de general un gasto al erario de la Villa, si no la de beneficiar mediante “puja a sobre cerrado”, de la concesión de estas a empresas allegadas en cierta forma al beneplácito de la alcaldía.
     Ya que se gastan los dineros que lo hagan bien. De mal gusto no son, pero prácticas; ese es otro cantar: Cuando hace un sol chicharrero no da sombra, cuando quieres o necesitas sentarte en sus bancos metálicos queman como cuenta Dante que quemaba el infierno, cuando hace viento, tiene aperturas por todos los costados y esto impide que puedas resguardarte de él, ¿y cuándo llueve?, cuando llueve como lo hizo hoy, la única manera de no mojarte en demasía, es poniéndote de pie encima del banco metálico. Tiene bemoles la caja de música.
     Esta es, a mi juicio, la chapuza del cambio de mobiliario urbano realizado en Madrid, quizá no sea tan exagerado como puede parecer, pero 
Si “la lluvia en Sevilla es una pura maravilla”, “la lluvia de hoy, en la Villa y Corte, fue un autentico despropósito, de este a oeste, y de sur a norte”.
 lo del Arca de Noe en la esquina de mi calle, lo demás es sólo el 50% de la realidad.
T.S.G.
tmsg1953@gmail.com
11.6.2015.

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