Esta
España es un revuelto de setas y garbanzos con una guarnición de entresijos y
grelos horneados, es un plato poco digerible pero que no queda más remedio que
hacer de tripas corazón y cerrar los ojos, ponerse unas pinzas en las narices y
orar (incluso los ateos) para que el rato se haga corto.
La política es cierto que hace extraños
compañeros de cama, es más, no solo combinan sus hedores, si no que cambian sus
chaquetas todos los días que sea menester.
Juramentos de gobernabilidad que no
figuran en ningún documento que los legalice, retiran la foto del jefe del
estado, banderas constitucionales, y se declaran republicanos, y todo ello con
el consentimiento del gobierno. ¿Esto se debe de entender cómo una dejadez de
funciones por parte del ejecutivo, o cómo leyes adaptativas según convenga el
caso? ¡Qué país este!
Ya contábamos con que en campaña se
promete lo que termina degenerando en olvido. Ya contábamos con que al final el
sentido común da paso a la “ignorancia” y al TRAPICHEO. Ya contamos con que la honradez se
escribe en letras tan pequeñas que después de
cuatro años son muy pocos los que pasan la prueba de esta.
Contamos con muchas mentiras hechas
realidad, pero deseo que al término de esta legislatura consistorial y
autonómica los asesinos sigan en prisión, los anticlericales paguen por su poco
respeto a los que creen en una religión distinta a la que ellos no profesan,
los falsos profetas continúen proclamando sus palabras por el desierto, que
aquellos que añoran el socialismo leninista, marxista, trotskista, estalinista…,
ese socialismo que se estrelló y causó cientos de millones de muertos, terror,
hambre, igualdad en la pobreza y la necesidad, ese sueño que se desvaneció
décadas atrás, afortunadamente, para muchos pueblos, perezcan en sus ansias de
necedad y sigan soñando con un mundo donde el desorden degenera y campa a sus
anchas, devastando la convivencia, en aras del fruto del aniquilamiento del
progreso.
T.S.G.
tmsg1953@gmail.com
18.6.2015.
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