Hoy en el mundo da la política, la
actualidad deja de ser tal en cuestión de instantes. Esto que es cierto por
perogrullada, sucede en todos los términos de la existencia conocida.
No podía ser menos en los sucedidos de
Podemos. Podemos se fundó como partido político hace escasos meses, y aun
siendo un partido inexperto, ya ha pasado por la vacunación de la realidad.
Se enfrascó Podemos en una aventura que le
venía grande antes de que se creara, y le sigue viniendo grande a día de hoy.
No
es este grupo un emblema de ejemplos al que anexionarse, de enseñanza educacional,
ni de modos y honradez; para los jóvenes cachorros, desesperados, y
desarraigados de la actual sociedad, era este grupo ese cabo al que
asirse, y del que poco a poco fueron soltándose, no para naufragar y perderse en el
mar océano, si no para no hundirse en el un sueño irreal basado en palabras que
sonaban bien en sus necesidades, pero que en sus músicas versadas chirriaban
cada vez con mayor estruendo.
El ejemplo de Venezuela, ese lastre demoledor, pasó a ser un ayer
para alabar el sistema sueco, de este se reniega ante los beneficios atrayentes de los métodos empleados a
través del reglamento parlamentario suizo, y ahora quieren volver al
republicanismo bolivariano. ¿Quién se aclara en este batiburrillo de Podemos?
Este
partido de asambleas se vuelve como era previsible un partido de organigramas, donde sus baluartes, pintan menos que un lápiz carcomido. Sus seguidores son
aquellos ilusionados rebeldes, que nacidos del 15 M., hoy se pierden entre sus
ideales cercenados, y su desilusión por quienes se apoderaron de sus ideas y
métodos para medrar y enriquecerse junto aquellos a los que desprecian de
palabra y suspiraban en sus silencios por ser un igual.
Estos son los mismos que tachan de “casta” a los
inmorales e impresentables políticos gobernantes a los que imitan en hechos y dispendios, en su demérito, de manera tan burda, que muy a su
pesar no logran alcanzar los “podios” de estos; no será porque no lo
intenten a su aire, con sus dejes, de formas y maneras chapuceras, ¡sí! Pero perseverantes en su ánimo e impasibles e impermeables ante el azote merecido por su negligencia, pues buscando desacreditar al "enemigo", encontró la horma de un zapato que se calzó sin detenerse a comprobar si era su numero, y quién hierra en ello, sufre las consecuencias.
Se reparten la
túnica del Dios padre como antaño hicieran los soldados romanos. Todo les
parece poco, carentes de ideas, tras recibir en sus cuerpos la misma medicina
que ellos recetaban a los demás, sintieron las reacciones que estas
producen en si mismos; desgasta la ilusión y la salud ante el estancamiento, y comprueban en sus carnes, que la vacunación era necesaria, como necesario era seguir
los consejos del galeno, la prescripción, que no es otra cosa que ajustarse a
la toma de la dosis recomendada, no se lleva bien si la dosis establecida no es la que uno deseara para si. Esta dosis no les depara mejoría, y presienten que se les acaba las opciones de obtener
la curación de la enfermedad que azota a los novatos en estas lides en un plazo corto. No es
necesario estudiarse el prospecto, pero sí al menos leerlo y entenderlo, aunque lo segundo se encuentre muy lejos de sus posibilidades.
Ya las decisiones no se toman en
asambleas. Ya las reuniones carecen del ímpetu de la novedad. Ya toca afrontar
la realidad del tope. Ya no aspira ha crecer, simplemente aceptan la cruel realidad,
y esta no es otra, que convertirse en un partido, a lo sumo bisagra, en los
distintos gobiernos autonómicos y consistoriales, y esperar a que las generales
no sean ese fracaso que temen, no es otro este que verse privado de sus fantasías y conformarse con una representación de
tercera fuerza con no más de treinta diputados. Es más de lo que merecen, menos de lo que soñaban, y motivo insuficiente para sacar adelante sus locuras e insensateces. No está España para experimentos.
Podemos padece del mal de altura, de la altura y capacidad de gobernar con la cabeza y con las leyes, es cierto que su berborrea les suena a gloria celestial a unos cuantos, pero tras los frentes abiertos y la guerra de trincheras en la que se ha metido, no puede alcanzar ni siquiera un armisticio.
Ese es ahora el sueño de Podemos.
Descabezado de su líder ideológico, discrepando de sus métodos radicales y
trasnochados basados en una revolución soviética que murió ahogada en su
propia sangre dictatorial, rodeado de cantamañanas deseosos de asegurarse un
puesto desde el que medrar en cuanto sea menester, convencer a los suyos que de lo dicho y las normas a seguir deben de olvidarse, que la bandera será la roja y gualda, que todos los juegos tienen sus reglas y si no se cumplen no hay juego, y que no pueden rasgarse las vestiduras ante la realidad. En
tanto no lo consigan, en tanto se crean por encima del bien y del mal, y pretendiendo dar lecciones de “honestidad”, regalando “Juegos de Tronos” e intentando que sus negocios crezcan en la legalidad de sus
fechorías, no cumplirán la mayoría de edad en el Parlamento
Cuando alguien lanza mierda a un
ventilador hay mierda para todos, y aún no conocemos más de un 1% de la que
este grupo de “honestos” tiraron por el inodoro, guardaron en sus trastiendas,
y gastaron en proclamar su verdad.
Ya
no es camino a seguir el de Tsipras y el de su valuarte déspota Varufakis. Syriza, el Podemos
griego, que si alcanzó el poder, es hoy una muestra patente de lo que las
palabras sirven cuando no hay conocimiento. El despotismo no es camino para un
pueblo, sea con un brillante, pero lejano, pasado, o sea un ególatra crecido y
criado con el pan ajeno y con la trastienda económica como segunda bandera
nacional.
T.S.G.
6.5.2015.