lunes, 18 de agosto de 2014

Robin Williams (el arte del gran actor).


     En estos días, desde que me enteré del fallecimiento de Robin Williams, he repasado su filmografía, más de una docena de las que considero sus mejores películas he visto, y me volvió a demostrar que el séptimo arte, cuando se pone entrega, te devuelve con creces lo invertido en él.
     Robin nos dejó “El rey pescador”, “Jaula de grillos”, El club de los poetas muertos”,  “Hasta que el  cura nos separe”, “El increíble Will Hunting”, “Despertares”,  “La Sra. Doubtfire”, “Jumanji”, “Good morning Vietnam”, “El hombre bicentenario”, “Patch Adams”, “Dos canguros muy maduros”, “Vaya vacaciones”, “El mayordomo”, “El triunfo de un sueño”, voces en películas de Disney que fueron éxitos, series, y ahora tristeza.
     La vida es de cada uno y la vive como mejor puede, sabe, o  le dejan. De Robin Williams nunca me interesó si tenía hijos, si estaba casado, de dónde era, ni dónde iba, sólo me interesaba ver aquellas filmaciones que se estrenaban, para deleite de muchos, en los cines de mi país. Robin me quitó tantas penas, y me puso tantas sonrisas, que no puedo por menos, darle las gracias por todos esos momentos que me dejó en la pantalla grande y en “la caja tonta” que padecemos en más ocasiones que disfrutamos.

       "Querido, entrañable amigo,
permíteme esta licencia,
se de tu mucha paciencia
para contigo y conmigo.
Entiéndeme cuando digo:
ME ALEGRO DE TU EXISTENCIA."
(Fragmento de un verso de T.S.G.)
T.S.G.

18.8.2014.

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