Una defensa de papel se arruga ante un
equipo que no estuvo en el partido hasta que el Real Madrid le dejó campar a su
libre albedrío.
Un equipo que demostró poco, que fue de
más a menos hasta desaparecer.
Hace unas semanas del Real Madrid decían
que era la mejor plantilla del continente europeo, que es decir del mundo, pero
he aquí, que se ha diluido en unas gotas de agua; las figuras se vuelven
figuras y tan solo las utilizan, hoy en día, para el escaparate madridista y
para quitarlas el polvo que acumulan.
No caeré en la facilidad de echar la culpa
a Iker Casillas, un portero quizá tenga que demostrar algo más, pero habría que
haber tenido el día muy tonto para no encajar cuatro en el estadio donostiarra.
Pepe ni “salió” al campo, Sergio Ramos sí
salió, pero se entero de que el partido había comenzado en el minuto 100,
entonces fue cuando se dio cuenta de que estaba en el vestuario con la
sensación de que algo se había perdido. Los laterales eran un coladero, los
medios ni creaban ni destruían, los delanteros,… ¡ah! ¡Ya recuerdo! Dicen que
un tal Benzema es delantero, pues afirmo que este delantero jugo con el
trasero, por no decir que un delantero que marca menos que un lápiz sin mina lo
único que es realmente es un mal jugador que juega como el culo.
Se puede perder, lo que no se puede es
hacer el ridículo. El presidente de la Generalidad de Cataluña (José
Tarradellas) lo dejó dicho antes de morir: “Podéis hacer lo que queráis, pero
nunca el ridículo.”
Hoy 31 de agosto de 2014, el Real, el
Madrid, hizo cuasi el mayor ridículo que pueda recordar, y asevero que recuerdo
más de uno. Hoy este Madrid se asemejó más que nunca al gobierno de Mas, con el
agravante de que Mas juega fuera de la ley, y el Real Madrid NO JUGÓ.
T.S.G.
31.8.2014.
