Hay que conocer
los temas antes de hacer juicio de valor. Sobran políticos, miles, y con ellos
el entorno burocrático, más es imprescindible que la buena intención no se
ciegue con unas cifras irreales. Cuándo se habla de paro, nos duele demasiado,
a muchos, la situación creada por intereses crematísticos y de poder, por ello,
es imprescindible conocer las cifras reales de este; las de la EPA (Encuesta de
Población Activa), o las del INEM (Instituto Nacional de Empleo), Según la EPA,
más real, el paro asciende a 5.904.700 personas, mientras que el INEM (Con
todos los subterfugios de la administración) da una cifra de 4.701.338. Entrar
en detalles y guerras de cifras quizá fuere perder el tiempo, más me permito una
mínima acotación a la gran diferencia existente entre ambas, y según mis datos
y mi entender, se debe a que en las cifras del INEM no figuran los parados de
larga duración, los jóvenes que cada vez creen menos en que este estamento les
ayude a encontrar un puesto de trabajo y no se apuntan, y digno menos, la
cantidad de emigrantes que han regresado a sus países de origen debido a la baja
demanda de empleo en España, y los españoles que a su vez emigraron con la
esperanza de alcanzar una meta laboral que en este país no se vislumbra; para
el INEM todo esto no suma cómo debiere, esto y algunos apartados más.
Pero lo auténticamente sangrante es que siga
este gobierno jugando con unos datos sin pensar que detrás de ellos existen
seres humanos, personas sin un futuro al que asirse a corto y medio plazo, y un
empobrecimiento socio - económico que desgasta al país y que le retrotraerá en
un decenio como mínimo en la evolución positiva de España.
Elegir entre la
ciudadanía y los intereses económicos es una victoria servida en bandeja de
plata para las empresas que solo poseen un fin lucrativo, y para los gobiernos
que no ven más allá de los halagos, los favores remunerados, y los sillones de
las asesorías, cargos de confianza y dirección que traspasan las voluntades
políticas. Esas minucias se quedan para los primeros días ilusionantes del
novato, y se pierden horas después del primer ¡Si señor! ¡Lo que usted mande! Al
primer mindundi (un mindundi es un Don Nadie con vistas al exterior) de turno
que se encuentre en el inicio de la cadena de abrazos y recompensas.
Por sus actos los
DESCONOCERÉIS. Mi lengua, en múltiples ocasiones
tiene vida propia, es más veloz que el pensamiento, que las ideas. Me vende
bien, nunca me ha alquilado, y ello supondrá que cuando muera su amo, a este le seguirán
faltando días de vida; en tanto vivo me faltan horas en un día de treinta, y
ni bebiéndome y comiéndome la vida, tan apresuradamente como la digiero y la
reposo, consigo llegar a la hora exacta al lugar apropiado; qué difícil es
vivir en tanto se muere.
Me detengo, pienso, pienso, sueño despierto,
vuelvo a soñar, regreso a la realidad sin dolor, y me sonrío. ¿Quién sabe cómo
soy? Yo SÍ, y por eso aunque sonría me duele la vida.
T.S.G. (Aes sin hache)
12.1.2014.
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