Entendamos la ley no como a cada uno de
nosotros le gustaría que fuere, si no como es. Hugo Morales particularmente a
mí me parece un desastre de político, un sin cabeza, un títere en manos de unos
ideales trasnochados, poco evolucionado en materias de leyes, economía, sanidad,
cultura, y para colmo de todo ello, y más, es un idealista sin ideas. Hubiera
valido para dirigir el levantamiento de unos jornaleros - esclavos en una
hacienda de un cacique, pero más de ahí no se le puede pedir.
Es lo dicho y un
poco menos quizá, pero en la situación que se da sobre el hecho concreto de
hacerle aterrizar por fuerza en un país no elegido como ruta de traslado por el
gobierno de Ecuador, negarle asistencia de repostaje, y no permitirle despegar
del aeropuerto en cuestión hasta que no fuere convenientemente registrado este,
y de manera satisfactoria para los intereses de esa u otras naciones aliadas,
es SECUESTRO, es INVASIÓN DEL PAÍS, E INFLINGE TODAS LAS LEYES INTERNACIONALES.
Si el avión fuera
español, el presidente el nuestro, registraran nuestro avión, etc., ¿diríamos lo
mismo? El avión es territorio español, como lo es una embajada, el vehículo
donde se traslada al embajador o cualquiera otra persona que fuere, una valija diplomática,
etc., todo ello es territorio nacional, y cada nación puede dar asilo político a
quienes crea menester, sin necesidad de pedir permiso a estado o persona pues está
en su derecho.
España hizo lo
que tenía que hacer, y lo hizo bien, y aunque en mil ocasiones nos hemos bajado
los pantalones ante las exigencias de países afines, por cuestiones de
tratados, no es el caso, y por una vez, se hizo lo correcto.
Estados Unidos
está en su derecho de juzgar a Snowden por apropiación de secretos de estado y
publicación de estos, amen de dañar la imagen e intereses de su país, y a la vez no cumplir con la labor
para la que fue designado. Él susodicho entendió que el trabajo que realizaba
no era ni honrado, ni justo, y contravenía todos los tratados bilaterales y derechos
internacionales en materia de defensa, también debió sopesar las consecuencias
que su decisión le acarrearía.
Su proceder es
indigno para el estado, y se comprende; pero también lo desvelado por Snowden
es indigno de un país que proclama la libertad individual, el derecho a la
privacidad y a la no intromisión. Con este adjetivo calificativo represento a
todas cuantas acepciones merece, que son muchas, y a cual más deshonesta. Luego
los Estados Unidos deberían de ser juzgado y sentenciado a la misma pena que
Snowden, como esto no va a suceder, pagará “los platos rotos” el que rompió menos
por hacer más ruido.
T.S.G. (aes sin hache)
4.7.2013.
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