¿Cuándo llegará
el día en que la mierda deje de brotar de este retrete en que se está
convirtiendo el mundo? ¿Cuándo, por fin, veremos ese cielo radiante limpio de
tantas heces salpicando, aquí y allí, a diestro y siniestro, a quiénes teníamos
por honrados ciudadanos, ejemplo, enseña representativa de esta España que se echa
a perder; de esta Europa desbordada de antiguos valores, muy antiguos, cuasi
olvidados en la historia de los tiempos; de este mundo que en su ciega voluntad
de no ver, permite que la minoría dominante arrastre por el fango de sus
hazañas a los ciudadanos semi honrados como felpudos de la podredumbre vestida
de seda, cubierta de oro, doctorada en viviorobología y getalogía?
En todas las
clases sociales, políticas, empresariales, artísticas, clases acomodadas de
nivel alto, medio, bajo. ¡Sí, bajo! Porque sea en el nivel social que sea, y
mires donde mires, cada vez resulta más difícil encontrar ciudadanos que no solo
sean honrados, si no que además lo parezcan.
Un estudio
reciente daba un índice de honradez cien por cien a tan solo un diez por ciento.
Estamos llegando a punto en que nuestros héroes dejaran de ser las personas que
con su ejemplo diario nos muestren el sentido de la vida, y cuanto más jóvenes son,
nos muestran que sus ídolos vienen a ser los que alcanzan la fama, el dinero,
sea de la forma que sea, a una más temprana edad. Se sienten inmortales, no les
interesa prácticamente nada que tenga que ver con el esfuerzo y el sacrificio,
con el aprendizaje de hoy para un mejor mañana, con la inversión de tiempo en
un logro, ni con el respeto a nada ni a nadie, vista como vista, y sea cual
fuere. Esta es la sociedad que se fragua hoy en día en los talleres de la vida.
No existen peros
si alcanzan sus logros. No existe familia si estorba a sus fines. No existe
verdad si entorpece la meta. No importa quién se quede atrás si tú no te
quedas, y no interesa una carga aunque ello te suponga un amarre a las raíces.
Los seres “humanos” somos cada vez más
crueles, y menos humanos. La sutileza mata, la brutalidad mata, la indiferencia
mata, cada vez queda menos de valores por que estos hay que pagarlos a más alto
precio que el oro.
Bienvenidos al nuevo mundo.
T.S.G.
(Aes sin hache)
24.7.2013