¿Nos merecemos estos políticos?
Es este un país
de picaresca, de ladrones de poca monta, de fulleros, de asesinos por cuatro
perras, de impetuosos, de celosos agresivos, y más, pero existe una historia que
nos recuerda, y demuestra, que por encima de todos estos individuos existe la
clase política, vista esta de uniforme o no, que profesan del ansia de poder
que les exhorta a vulnerar todas las leyes que les impida llevar a cabo sus
propósitos.
No repararán en
incitar a golpes de estado, asesinatos, y cuantos delitos hubieren sido menester,
hasta alcanzar sus metas más ocultas, sus deseos más inconfesables. Fueren
nobles o plebeyos, fuere el siglo VII o el XXII, hombre o mujer, que poco
importa la cosecha, las intrigas palaciegas, eclesiásticas o vecinales, que
tanto montan, fueron y son el cáncer de esta España tal y como la conocemos.
Si nos merecemos
estos políticos hoy, tampoco es todo como consecuencia del pasado, nuestro
granito de arena hemos aportado, cada cual su parte, para contribuir al
crecimiento de una corrupción patente que no se detiene si los que deben de
tomar medidas son prisioneros de sus cobros y deudas de favores.
Tirar de la manta
supone demasiados culos al aire, y demasiadas peinetas suponen incitar a generalizar
una bajada de pantalones, una bajada donde se verían implicados tantos “altos”
cargos que por el efecto boomerang haría caer al gobierno, la oposición, y quien
sabe, porque como decía Sanchita en el Quijote, “lo peor del
mundo son algunas gentes”.
¿Es esta la iglesia por la que oraba el hijo del
carpintero?
Quisiera, creyese
o no en esta congregación, que esta iglesia no sea la deseada por el mesías. Si
este es en realidad el fin por el que se vertió tanta sangre inocente flaco
favor se le hizo al sacrificio. Si los asesinatos de papas, las guerras llevadas
a cabo en nombre de Dios, la pompa de la puesta en escena, las mentiras versadas
al pueblo, las riquezas acumuladas por deméritos, los abusos sexuales de toda
índole, la paz no deseada, los papas niño, los papados heredados, “la papisa”,
hija de papa, madre de papa, esposa de papa, amante de papa, y muerta como
otros papas no sirvieron más que para el lucro de las todo poderosas congregaciones,
y ladrones usurpando el nombre de Dios, nada de todo lo orado alcanzara un buen
fin.
No se le debe
respeto al Vaticano ni por lo que fue ni por lo que es. Se aliaron con el
“demonio” tantas veces que ya apenas se distingue la verdad que proclamaba
Jesús.
Sí a la oración y
sí a la entrega a los demás. Menos mercaderes en los templos y más pan para el
hambriento, menos banca vaticana y más ayuda a los necesitados.
La iglesia no da
de comer al hambriento, ni de beber al sediento, ni posada al peregrino, la
iglesia desde que se dejo de la mano de Dios y se dio a los gozos del poder, sólo
aconseja rezos, imparte palabrería, y solicita dádivas a quienes en realidad
sería merecedora de estas por su necesidad. Vende gloria eterna, y cobra a
precio de oro los perdones.
T.S.G. (aes sin hache)
22.2.2013
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