lunes, 5 de octubre de 2015

131 DÍAS Y “YA SE NOTA” TUS HACERES CARMELA.

     
     A la alcaldesa de Madrid le falta una cocción, la principal, aquella que logra llevar a ebullición los ingredientes aportados para la consecución de un plato comestible, que tratándose de la intercepta es imposible requerirle mas prestaciones que esas. Hace años se le fue la olla y desde entonces guisa en la más completa ignorancia gastronómica.
     131 días lleva la "Seña Carmela" al frente del Consistorio, 131 de continuos despropósitos. Un aluvión de insensateces, de mediocridades, de ignorancia administrativa, de regencia de un ayuntamiento que camina a pasos de gigantes hacia el pozo de los incongruentes.
     Primera premisa lanzada a os cuatro vientos por la ex juez: “Es primordial que nos pongamos con urgencia a la limpieza de Madrid, una ciudad en estado lamentable de suciedad”.
     Pues hay que reconocer que para tener claro y bien pensado el plan a llevar a cabo, aun no dio con la tecla apropiada para ordenar que limpien esta; pena que las medidas propuestas sean tan inteligentes que los encargados de realizarlas no las entiendan, y no se la puede reprochar que no lo comunicara a los medios de prensa: “Propongo que las escuelas las limpien las madres de los alumnos y las calles los estudiantes universitarios”.
     Estas son ideas extraídas de los gobiernos seudocomunistas y comunistas, que se generalizaron, principalmente, en los países del este bajo la dominación política o militar-política soviética.
     Vas de cráneo Carmela, ni estás capacitada para estos menesteres, ni tu particular honradez será premiada con un fin social, pues en tus ordenanzas primarias tus familiares y allegados empiezan a engrosar esa lista de beneficiarios como altos cargos y consejeros de una ciudad a la que te han bastado 131 días para deshonrar.
T.S.G.

5.10.2015.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Taurinos y antitaurinos.

Taurinos y antitaurinos.

     Existe una pregunta que me ronda desde hace algún tiempo:
     ¿Quién o quiénes financian a los antitaurinos, y cuales son las autenticas razones de este interés.
     Cuando el toro no se críe para lo que es hoy por hoy su destino, ¿quién mantendrá la dehesa y la cría de este bóvido milenario? ¿Quién dará trabajo a las cien mil personas, aproximadamente, cien mil familias que se van al paro o ven sensiblemente mermados sus ingresos?
     Olvidémonos por unos momentos de las tradiciones y pensemos en estos menesteres:
     Ganaderos, mayorales, peones, labriegos, veterinarios, transportistas, taquilleros, areneros, sastres, maestros artesanos especializados en utensilios destinados al arte del toreo (banderillas, muletas, capotes, varas de picar, vestimenta para los caballos, etc.), mulilleros, monosabios, imprentas especializadas en el medio, publicidad en medios de comunicación (prensa, radio, televisión, etc.), periodistas de información, críticos, etc.. 
     Ganaderías equinas, campos cultivados a propósito o no para la alimentación de las reses, el sentido que da el mantenimiento de los cabestros, mulillas, caballos destinados para la suerte de varas en las distintas plazas.
     Si en Francia, cuna de la igualdad, y la revolución moderna pueden convivir taurinos y antitaurinos con una ley que impone razones más que suficientes para la “convivencia” de todos, incluidos los sin razón, ¿por qué este empecinamiento en acabar con un arte milenario?
     Antepongo todas estas razones a las estrictamente lúdicas, los festejos de los pueblos y sus tradiciones, más no renuncio a la historia, que con todos sus devaneos, ha sido capaz de crear esta nación de la que tantos renuncian, critican, y aborrecen, sin tener en valor que estas son sus raíces; en estas nacieron, sufrieron, lucharon, vivieron y rieron, y murieron, y de estas raíces, con todos sus males, parten sus presentes, tu presente, ese contra el que te revelas, ese que siempre es mejorable, pero del que jamás es aconsejable renunciar, porque es cierto, que quién renuncia a su pasado, a sus ancestros, deja vacía la principal vasija de su existencia.  
    Y cuando la especie desaparezca, que así será, ¿quién los habrá matado? ¿Los taurinos de hoy, o aquellos que por "defenderlos de la barbarie" les condenaron al ostracismo y a "Erase una vez en que existió un animal de hermosa cornamenta que...".
T.S.G.


16.9.2015.

sábado, 26 de septiembre de 2015

¡Palabras, palabras, palabras!

     ¡Palabras, palabras, palabras! Palabras acompañadas de interrogaciones, de exclamaciones, seguidas de puntos suspensivos, de puntos finales, y cientos entre comillas.
     Palabras. Palabras que usadas para ejercer una opinión dañan o ensalzan el proceder del ser humano, sus intenciones, sus realidades y sus perspectivas; palabras que arruinan una esperanza o agotan las esperas, ponen en circulación, planes y sueños, que dormían en los silencios de las letras que componían la partitura del quehacer. 
     Palabras con futuro. España, una nación siempre historia y siempre nueva, una nación que hace 37 años votó una constitución en la que cupieran todos los pueblos de nuestra parte de iberia, quizá la única verdad que quedó de una dictadura cuyo lema rezaba “Una, grande y libre”. Una. toda ella, bajo la bandera de una nación que votando en conciencia la hizo grande, y que basándose en el resultado de todo ello quiso dejar atrás los días incongruentes anteriores a la guerra civil y su posterior “orden” dictatorial que nos ahogó y nos privó de sentir la autenticidad de ser nosotros, todos sin excepción, con nuestras diferencias y vínculos a través de más de 500 años… libres.

     El mañana es consecuencia del ayer, y ese mañana lo forjamos todos. Si alguien en su egoísmo pretendiera acabar con la verdad de este país, la unión de esta nación, es nuestro deber no permitir que suceda, con la constitución que rige nuestro proceder, la ley que de ella emana, y porque fuimos más que uno, fuimos millones, en una unidad totalitaria los que refrendamos lo que somos, y somos más que fuimos nunca por que lo elegimos TODOS NOSOTROS.  

T.S.G.
tmsg1953@gmil.com
26.9.2015.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Taurinos y antitaurinos.


     Existe una pregunta que me ronda desde hace algún tiempo:
     ¿Quién o quiénes financian a los antitaurinos, y  cuales son las autenticas razones de este interés.
     Cuando el toro no se críe para lo que es hoy por hoy su destino, ¿quién mantendrá la dehesa y la cría de este bóvido milenario? ¿Quién dará trabajo a las cien mil personas, aproximadamente, cien mil familias que se van al paro o ven sensiblemente mermados sus ingresos?
     Olvidémonos por unos momentos de las tradiciones y pensemos en estos menesteres:
     Ganaderos, mayorales, peones, labriegos, veterinarios, transportistas, taquilleros, areneros, sastres, maestros artesanos especializados en utensilios destinados al arte del toreo (banderillas, muletas, capotes, varas de picar, vestimenta para los caballos, etc.), mulilleros, monosabios, imprentas especializadas en el medio, publicidad en medios de comunicación (prensa, radio, televisión, etc.), periodistas de información, críticos, etc.. 
     Ganaderías equinas, campos cultivados a propósito o no para la alimentación de las reses, el sentido que da el mantenimiento de los cabestros, mulillas, caballos destinados para la suerte de varas en las distintas plazas.
     Si en Francia, cuna de la igualdad, y la revolución moderna pueden convivir taurinos y antitaurinos con una ley que impone razones más que suficientes para la “convivencia” de todos, incluidos los sin razón, ¿por qué este empecinamiento en acabar con un arte milenario?
     Antepongo todas estas razones a las estrictamente lúdicas, los festejos de los pueblos y sus tradiciones, más no renuncio a la historia, que con todos sus devaneos, ha sido capaz de crear esta nación de la que tantos renuncian, critican, y aborrecen, sin tener en valor que estas son sus raíces; en estas nacieron, sufrieron, lucharon, vivieron y rieron, y murieron, y de estas raíces, con todos sus males, parten sus presentes, tu presente, ese contra el que te revelas, ese que siempre es mejorable, pero del que jamás es aconsejable renunciar, porque es cierto, que quién renuncia a su pasado, a sus ancestros, deja vacía la principal vasija de su existencia.  
    Y cuando la especie desaparezca, que así será, ¿quién los habrá matado? ¿Los taurinos de hoy, o aquellos que por "defenderlos de la barbarie" les condenaron al ostracismo y a "Erase una vez en que existió un animal de hermosa cornamenta que...".

T.S.G.

16.9.2015.