¡Sí,
sí, y sí! ¿Qué parte del si no has entendido?
D. Pedro Sánchez, desde
que alcanzó el nombramiento de Secretario General del PSOE, es usted un punto
sospechoso en la política española.
Este personajillo se creyó en la necesidad
de demostrar que su valía política era superior a todos sus predecesores, y
claro está que aun continua intentando demostrar que en su elección no se
equivocaron.
Sánchez conoce sus limites, o quizá ni
eso, lo que si es cierto que desconoce, es cuando debe de cejar en complicar la
existencia a su partido.
Su éxito se forja en la felicidad con que
devora las migajas del banquete electoral, es tan poca cosa, que cree que el
hecho de haber conseguido superar a un partido “partido” por sus propios méritos
y compañeros de viaje, son los honores con que pretende alcanzar la cúspide de
su inútil sapiencia.
De los niñatos pijos de izquierdas, de
Unidos Podemos, o más bien de “Podemos os permite que os unáis”, esperábamos el
batacazo, pero de un partido centenario y con raíces, no se pude esperar el
desorden y descontrol creado desde que el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero,
alcanzó esa misma secretaría en una demostración de que un Jorge Verstrynge (delfín
de Manuel
Fraga) cualquiera, puede instalarse en la poltrona de Ferraz.
Es conocido por el intercepto, que lo
máximo que puede alcanzar es el tope logrado en las elecciones del 20 de
diciembre de 2015, y que en las pasadas del 26 de junio, comprobó como se
desvanecían sus sueños de entrar en la historia como un triunfador. Sin
conformarse con ser Jefe de la Oposición con una abstención en la elección de Mariano
Rajoy en mayoría simple, que dado el momento en que se producía,
hubiera sido él el presidente en la sombra; ahora, que su devaluación política
le deja en una situación incomoda e inservible por la pérdida de otros cinco
escaños, ¿cuándo se enterará que su triunfo se basa en el peor resultado
alcanzado nunca por el PSOE? Es un pobre hombre al que se le derrumbó su
castillo de naipes.
El señorío mostrado por Felipe
González en 1996 cuando perdió las generales por 15 diputados ante José
Mª Aznar, o cuando Alfredo Pérez Rubalcaba dimitió por
su pésimo 114 en el 2011, cuando, sin mostrar el camino y el momento elegido Adolfo
Suarez en 1981, con su dimisión desde la presidencia, dejó entrever que
España está por encima de los intereses propios. Estas situaciones nos demuestran que el
sendero que proponen estos malandrines, no es otro que su propio interés, ese que
muestran sin ningún rubor más preocupados y ocupados en su figura y figurar que
en su partido, y aún más en sus egos personales que en laborar por el país.
Señor
Sánchez, D. Pedro, no supo usted ya hace casi siete meses leer el
resultado de unas elecciones que le otorgaron 89 escaños, y osó presentarse a
la Presidencia de Gobierno con una alianza que sumaba un total de129, hoy, sus
escaños pierden un 5’9% con respecto a diciembre y suman 84 explíqueme le
ruego: ¿Con qué inteligente estrategia quiso usted camelarnos dejando al
descubierto su escasez de ideas, esas tan brillantes que el pueblo sencillo no
supo, en sus carencias intelectuales, agradecerle seis meses después?
Se le acabó, por mucho que estire de ella,
su mentira basada en el conocimiento de la realidad, se le acabó. Ahora será
usted el que utilice la famosa “puerta giratoria”, solo espero que no le
coloquen donde pueda molestar.
¡Larga vida a la gloria del caído!
T.S.G.
12.7.2016.
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