Cuando los mercados financieros aprietan
la política deja de esperar.
El pasado viernes día 29 de enero, los
mercados financieros concedieron un respiro al temor bursátil, y decidieron los
inversores aprovechar para que el Ibex 35 disfrutara de un fin de semana
sosegado.
El lunes primero de febrero, los valores tomaron
un ligero desayuno en la paz de la tormenta que se avecinaba, y en la apertura,
se desató la fiebre alcista al punto que a las 10`30h. los índices marcaban
subidas más que respetables, pero pronto se barruntó que el rojo volvería por
sus fueros.
Otro día negro para el martes dos, y ya no
existen tantos razonamientos a los que asirse.
En España se desatan las señales de
alarma, y tras las palabras del ansioso Pablo, ya no existía duda, Sánchez
intentaría formar gobierno, e Iglesias veía que en sus bravuconadas y
perdona vidas quemaba todos sus cirios. Se repetía y se repetía, intentaba
convencerse de que aquello no estaba sucediendo en realidad y lanzaba
propuestas incoherentes. Los siete millones de votos obtenidos por el Partido
Popular eran pura bazofia, sólo sus cinco millones de votos eran auténticos,
tanto, que él con un 20% – incluido añadidos – podía permitirse el lujo de
regalar la presidencia del país al Secretario General del PSOE, qué eufemismo,
qué osadía, otro pájaro tirándose a las escopetas.
¿Y aún te preguntas Pablo qué día
empezaste a perder? ¡Ay Pablo! ¡El día que empezaste a ganar!
Tomás Serrano González.
2.2.2016.
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