¿Inicio de una guerra mundial encubierta?
Entre el Zar ruso y el Emperador – Sultán
otomano, o lo que es lo mismo, entre el “Zar Putin y el Sultán Erdogán”, se enseñan las garras con la intención de afianzar sus sueños megalómanos en un mundo revuelto por intereses de poder.
Hagamos un repaso, gloso modo, de la situación con que despertamos cada día: Una guerra fratricida entre Suníes y Chiíes, 80% y10% respectivamente de la población musulmama, (estos últimos aun siendo siempre minoría reconocida, gobernó a los primeros a lo largo de siglos en distintas tribus y países), que se recrudece de nuevo después de más de 1300 largos años de contiendas. Mientras esto sucede en Asia occidental, en África continúan las guerras tribales entre Hutus y Tutsis (descendientes ambas de las 12 tribus de Israel).
Hagamos un repaso, gloso modo, de la situación con que despertamos cada día: Una guerra fratricida entre Suníes y Chiíes, 80% y10% respectivamente de la población musulmama, (estos últimos aun siendo siempre minoría reconocida, gobernó a los primeros a lo largo de siglos en distintas tribus y países), que se recrudece de nuevo después de más de 1300 largos años de contiendas. Mientras esto sucede en Asia occidental, en África continúan las guerras tribales entre Hutus y Tutsis (descendientes ambas de las 12 tribus de Israel).
En tanto, los mal llamados EI, (Estado
Islámico), apoyados por Arabia Saudí, que juega en todas las mesas, avanza en
la conquista de terreno que es lo que realmente necesita para afianzar su
radicalismo musulmán, y con este logro, dar cuerpo a sus doctrinas arcaicas e impulsar su
guerra de comandos suicidas contra las sesenta naciones que forman el frente
anti yihadista.
El paralelo 38 sigue abiertamente
tensionando la convivencia del este asiático; las dos Coreas siguen en guerra, y
las potencias armamentísticas asiáticas (India, Pakistán y China), ven como
Japón retoma sus ideas de depender energéticamente de si mismo.
La vieja Europa tiene demasiadas leyes que la
encorsetan. Estados Unidos ya no es suficiente por si misma para desnivelar
una situación global que cada día se torna más enrevesada; no ayuda para nada las inestabilidades gubernamentales
de los países Sur y Centro Americanos.
En tanto Oceanía crea su futuro en la
lejanía, en la realidad, y en la paciente espera.
¡Quién sabe!
T.S.G.
tmsg1953@gmail.com
26.11.2015.