Vives de espalda a la realidad, a esa
realidad que no es ni con mucho de la que tanto te vanaglorias. Siento que
piensas que todas las personas que se funden en tu tarta de halagos son una
parte intrínseca de ti, y ni lo son, ni son halagos, son sólo gentes que
necesitan de personas como tú para sentir que forman parte de algo que creen
importante, y que no están dispuestos a perder otra batalla contra la
desilusión.
Vives creyéndote que mereces más de lo que
en realidad mereces, no ves tu estancamiento, no concibes que tu obra no
avanza, faltan horas de estudio, de trabajar la luz, de salir al mundo y verlo
a través de la autentica ventana del día a día.
Cuando te abren las puertas de una vida y
de una casa hay que saberlo valorar, y hay tampoco sabes estar a la altura que
debieras.
Tu ego es mayor que tu vida, y te aferras
a él como tabla de naufrago, pero debes de mirar más allá; no permitas que el
pasado sea la losa que acabe por cubrirte.
De esta manera cierran tu mínima relación
de amistad contigo, y finiquitan con gentes que aman más a su ignorancia, una
fotografía, y una pose y posición vacía de contenido, que una lucha sin focos
pero con resultados.
Como comprenden por donde llegan las
nominaciones del hoy por ti y mañana por mí, no les interesa colaborar con
ninguna asociación, que conocen, que anteponen
lo virtual y las ayudas económicas a lo tangible: Trabajo, esfuerzo, y metas a
alcanzar por un camino claro y justo.
Tus premios son el resultado de propuestas
y apoyos interesados. Espero que alcances a darte cuenta de lo poco que vale
hasta el día de hoy lo conseguido.
Buena y larga vida y éxito artístico, que
no siempre va acompañado de una desahogada remuneración económica, y que en
casi todas las ocasiones, llega al final de la existencia.
Velázquez, Goya, Monet, Renoir, Van Gong,
Picasso, Sorolla, Sert… no son repetibles, y créete esta verdad, nunca serás
uno de ellos.
T.S.G.
20.3.2015.
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