Se puso fin al campeonato de fútbol en la primera división en España, un campeonato que resultó interesante, más, por los fallos de los
equipos acaudalados, que por la aportación del resto de los clubs.
El campeón fue justo, y con su triunfo
mostró que no todo los títulos y el buen juego se consigue a base de “tirar de
talonario”. Resumir una liga en la parte alta es más sencillo que hacerlo en la
zona de descenso, a esta se apuntan la mitad de los equipos al principio de la
competición, no voluntariamente, pero si a través de sus presupuestos y de la
capacidad que estos median.
El Atlético de Madrid campeono la
temporada demostrando que sus rivales carecían de los valores que ellos
demostraron: Pundonor, lucha diaria, esfuerzo, juego de equipo, una defensa
dirigida por un portero de presente y de futuro, una media que no cedió en
clase, calidad y animo en la lucha deportiva, una delantera capaz de aportar
los goles necesarios, y un cuerpo técnico que al mando de Simeone que influjo el espíritu necesario
para alcanzar la gloria, el cenit, de un trofeo, que se les resistió durante
dieciocho años.
Por el contrario, el Barcelona fue una sombra de un cercano
ayer, un juego deslavazado, falto de casi todo, y que solo funcionó cuando lo
hizo Messi, un jugador que se encuentra en ese punto en que se sostiene con imperdibles
y próximo al declive de su arte. Es para sopesar si la renovación, por cinco
años de Messi a razón de CINCUENTA millones de euros anuales brutos (VEINTICINCO millones de euros netos por año), es lo merecido; si a esta cantidad se le añade sueldos,
primas, y derechos publicitarios contratados con marcas deportivas y otras, es más que probable doblar las ganancias, y la verdad, mí verdad, me parece un
despropósito pagar estas cantidades hoy en día, se genere esas ganancias o más, y mucho me temo que esto influyó en su juego mediocre de final de temporada.
Los jugadores blaugranas no mostraron todo
su saber futbolístico, y el entrenador se estrelló con querer imponer un estilo
de juego que no era necesario. Si algo funciona no se toca.
El Real Madrid, por su parte, fue un
despropósito heredado de Mourinho; Ancelotti continuo con el error de dejar a
Iker Casillas en el banquillo del equipo blanco, máxime demostrando en la Copa
del Rey su estado de forma (UN gol recibido en NUEVE partidos), y en la
Champions donde colaboró de manera destacada, en llevar al equipo hasta la final, de la que aún no
sabemos su resultado por razones obvias.
Con un contragolpe mortal de necesidad, y
una media y defensa sin llegar a convencer, el Real Madrid tiró la liga cuando
a falta de cuatro partidos, teniendo en sus botas, en su cabeza, todas las
opciones, se complicó y se confió de tal manera que en los tres primeros, de
los cuatro, tan solo sumó dos puntos.
Esto no es de recibo, y aunque consigan
ganar la máxima competición europea, no debe de ser óbice para que se les
inflija una más que merecida reprimenda, y se les “sugiera” que no vuelva a
suceder. Estas actitudes son impropias del club blanco y no se deben de
consentir bajo ningún motivo.
Campeón: Atlético de Madrid.
Campeón de Copa: Real Madrid.
T.S.G.
19.5.2014.
Se nota de que pie no cojeas
ResponderEliminar¿De ninguno quizá?
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