El cantautor.

El cantautor no a muerto…

vive con abono de deceso.

Alcanzado su sueño

de libertad, no canta,

dormita su poesía

creando otra esperanza.

     Se antoja en movimientos

de augurios aparentes,

que disfrazan recuerdos

de antojos benevolentes.

y preludios de infiernos.

     No cobra pasado

ni revive palabras,

no añora tumultos,

no llora por nada.

    Conoce la soledad

que le acecha, que le embarga;

su soneto es realidad,

y su realidad una carga.

     Las notas se difuminan,

solo queda un tarareo

que se diluye en los tiempos

de un dulce sabor que amarga.

     Marcó a fuego sus tendencias,

nuestras vivencias le agrandan,

nuestra realidad es fruto

de crecer en noche larga.

    Ya no influye en ésta patria.

Ya su cantar no es bandera,

hoy puede regir cualquiera,

de cuna zagan o paria.

Madrid. Marzo 25. 2017.

Tomás Serrano González.