El rock & roll fue la consecuencia de
la evolución de la música negra. No se entiende la historia de los Estados
Unidos de América sin su aportación.
Con el nacimiento de la nación creció la
esclavitud, y con ella se extendió los ritos y las costumbres de los distintos
países de sus aborígenes. No es este un estudio antropológico, es la
constatación de unos orígenes arraigados en una nueva tierra, donde exceptuando
el country y derivados, la música negra marcó el ritmo del pueblo americano y
lo hizo aún más grande.
Desde los espirituales, nacidos en la
iglesia afroamericana, y el góspel, al Heavy metal y al hip–hop, pasando por el jazz,
blues, soul, rockabilly, rock & blues, funk, pop, bluegrass y rhythm and
blues, el rock and roll aportó ese cambio necesario marcando el día a día a ritmo
de las postguerra.
De los tres grandes, hasta ayer vivos,
creadores e impulsores del rock & roll, pioneros ayer y leyendas hoy: Chuck Berry, Fats Domino y Little
Richard.
La ausencia de Chuck, nos deja huérfanos del bastión de la música de
los últimos setenta años.
¿Quién no se perdió en alguna ocasión en
la locura de las notas de “Johnnie B. Goode, Rock and Roll Music, Back in the
U.S.A., School Day, Nadine, Let It Roll, Roll Oven Beethoven, Havana Moon, Merry
Christmas Baby, Beautiful Deliah, Maybellene, una larga e interminable lista de
éxitos y emociones en y su “Cuéntame cómo pasó…””?
Después de treinta y ocho años sin pasar
por un estudio de grabación, nos deja impoluto su último disco terminado a
finales del 2016, en el mes de octubre, y lanzado al mercado discográfico este
mismo año (2017) con el titulo de Thelmetta.
Thelmetta es el nombre de esa mujer con quien estuvo casado 68 años; esa mujer bastión y apoyo en sus sueños, su trabajo, su hacer, y a quien dedicó su último álbum cerrando con él la historia de su vida de vida.
Noventa años contemplaron sus acordes, sus notas, esas que emergian de un suelo ácido y una tierra fértil, creando nubes cargadas de un ritmo alocado que después regaría en un frenesí desinhibido de prejuicios la alegría del ahora, de esas horas acompañadas de la majestuosidad de la luz del relámpago y del sonido que hacía, y hace, el trueno en tanto abría y abre, la puertas de la vida.
¡¡¡Larga
vida al ROCK & ROLL!!!
Tomás Serrano González.
19.3.2017.