A veces me pregunto ¿de qué sirve elegir
corregidor, si una vez hecho, este en lugar de gobernar, de mejor o peor manera
el municipio, se dedica a preguntar de nuevo al pueblo ¿cómo resolver una
cuestión o tomar una decisión?? Si no tiene la capacidad suficiente para ello,
y su equipo carece de la sapiencia necesaria para llevar a cabo esa función,
siempre dispone del espacio necesario y capacidad adherente para dimitir del
cargo obtenido y pedir disculpas por su ineptitud, en lugar de mostrar el ridículo
con el problema que sus proclamas de mayoría absoluta basadas en el voto de un 7´8 % de
ciudadanos responden a sus peregrinas “sensateces”, lo que me indica que
también estos regidores, ediles de pacotilla, son además aprendices de neófitos
en matemáticas básicas.
Carecen de la mínima preparación necesaria
para afrontar las necesidades de la Villa con garantías de llevarla a buen
término. Eso nos demuestra el tiempo transcurrido.
La señora alcaldesa continua dando rienda
suelta a sus peregrinas e incongruentes ideas, a cual más disparatada, más
incomprensible, mas repleta de maravillosa locura de “ancianidad”.
No es perjudicial ser una persona viva de
edad madura, por el contrario, aporta sabiduría de vivencias, más siempre
existe un pero, el pero que nos muestra la señora regente del municipio de la
capital de España es que su “sabiduría” se limita a su dictatorial dedo
únicamente acostumbrado a juzgar con métodos más de tiempos cuasi olvidados que
nacidos de la siempre joven libertad.
De
tendencias de izquierda, radical en sus ideas y afín y protectora de grupos
terroristas a los que exoneró y disculpó, nos mostró con adjetivos y hechos,
durante su etapa de jueza, de lo que era capaz y hasta donde llegaba en los
tribunales de justicia. Para cotejar las “gestas” nos quedan los legados que
preserva la historia para conocimiento de presentes seres y futuros curiosos y
historiadores.
Que “suavizara”, en sus ideas y hechos,
los comportamientos radicales de ETA, la eximen, por si sólo, del poder del buen gobierno de
la ciudad de Madrid.
No es que vea en ella un futuro mal para
la Villa, es que toda ella, incluido su pasado, es un mal para el presente, un
déficit a reparar en un futuro, que
espero sea pronto, concebido por un empecinamiento y error político socialista
que no calibro las consecuencias.
T.S.G.
3.3.2017.