La Sra. Cospedal ha dicho que “la sociedad
española………….. es tan corrupta como los partidos políticos”, y lleva toda
razón, a falta de un ligero matiz, falta la palabra POLÍTICA en la línea de
puntos suspensivos, detrás de la palabra ESPAÑOLA, para que sea totalmente
correcta la frase.
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Llegó a Ministra Ana Mato
de Sanidad y Consumo,
y a este consumo me sumo
si no me cambia el formato.
Quiero pasarme un buen rato
entre un canapé y un zumo,
de esos de uva, y me esfumo,
después de cerrar un trato.
Consiste en que si el contrato,
cuando deje el ministerio,
cobraré, y ahí está el
misterio,
de mi cargo disparato.
Sólo aspiro a interinato
y al tintinear del numo.
Parte intrínseca de insumo.
¡Y cobrar como Ana Mato!
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Cuando escucho de labios de unos mal
llamados idealistas, pretender cambiar la sociedad española, poniendo como ejemplo a seguir la trayectoria y el hacer
del estado venezolano, se me revuelven las entrañas.
Estos “jóvenes” se creen con el derecho de
saltarse las reglas democráticas y crear una nueva constitución por el hecho de
que ellos no la han refrendado. En que cabeza cabe que la leyes que nos rigen
deban de ser del gusto de unos en perjuicio de otros. La constitución no es un
capricho, es la base de la concordia, el trabajo, la justicia, los derechos
sociales, asistenciales, educativos, etc., y no un ideario chabacano que se
utilice como paradigma de lo que no debería de ser.
Estos "jóvenes" adoptados económicamente por
el actual presidente de la Republica Bolivariana, (bananera debería de ser llamada)el impresentable Maduro,
deberían de abrir los ojos a lo que realmente significa lo que pregonan, un
catecismo que ya se llevó por delante los sueños y los ideales de cientos de
millones de seres.
Venezuela es hoy en día sinónimo de necesidad,
es un país presidido por un ser que llama a la libertad, a la libertad de
encerrar en prisión al máximo dirigente de la oposición por no comulgar con sus
ideas, un ser que cubre de parabienes a su pueblo, un ser que alza la voz
contra todo aquello que no sea digno de su ignorancia. Proviene Maduro de ser
Vicepresidente de un dictador de baja monta que, apenas dos años antes de
llegar al poder, se levantó en armas contra el gobierno existente en un intento
de golpe de estado, que no fructifico. Esa es la libertad que promulga su
sucesor; carencia de libertad de información, el desorden más absoluto en las
calles con un índice de criminalidad fuera de toda razón. Una nación que
debería de estar nadando en la abundancia por ser uno de los países con más reservas
de oro negro, con una producción suficiente para no sólo subsistir, si no para
descollar en el mundo de hoy. Con unas tierras fértiles, con unas costas
bañadas por el Atlántico y asomadas al Mar Caribe, estando en posesión de tanta
riqueza y sumido, por desgracia, en la sublime cúspide de su locura, es de los
países más necesitados del planeta.
A esta nación alaban los profetas de la
libertad, de su libertad. Que me libren de la promulgada libertad que me niega
el más mínimo derecho a ser, a sentir, a opinar, a disponer de mi vida y mis
bienes sean cuales fuere, y me acerca con sospechada prontitud a los derechos LIBERTARIOS condenados a ser
nada. Una vez que levantan la cabeza, se creen dioses. Estos son esos que
colocándoles sobre la testa una gorra de plato y un cordón dorado cruzándoles
el pecho, se transforman de tal manera, que vistiendo de portero de hotel se
atreven, en su inepta osadía, con el deber, el derecho, y el conocimiento
suficiente para dirigir esta nación.
T.S.G.
15.12,2014.